Este tipo de manta eléctrica suele tener forma de collarín o semi-capa tipo chal. Los primeros son de tamaño más pequeño parecidos a al collarín que nos ponen tras un fuerte golpe, por ejemplo en un accidente de tráfico, y cubren únicamente la zona cervical. Los segundos son más grandes y darán calor también a tus hombros.
¿Cómo funcionan las mantas eléctricas?
Todas las mantas o almohadillas se conectan a un punto de corriente que calienta unas resistencias eléctricas internas y a través de unos cables especiales reparten el calor por toda la superficie de manera homogénea y constante que se transmite al tejido y después a nuestra piel.
Beneficios de usar mantas eléctricas para terapia
Las almohadillas terapéuticas o de termoterapia emiten color a la zona a tratar que ayuda a dilatar los vasos sanguíneos y aumentar el flujo de sangre que llega a los músculos. A través de la aplicación local de calor se reduce la presión sobre la zona, se mejora la elasticidad y alivia también el dolor ya que el calor puede tener un componente analgésico.
¿Cuánto tiempo hay que ponerse una manta eléctrica?
El tiempo que se debe usar una manta eléctrica para aliviar los dolores musculares tiene que ser de unos 20 minutos y no exceder de 30 minutos por cada sesión. Aun así podrás repetir estas sesiones tantas veces cómo quieras cada dos horas a lo largo del día si notas una mejoría en la zona tratada. En caso contrario te recomendamos pedir cita con tu traumatólogo o fisioterapeuta.